La esencia de la simulación gerencial es el trabajo en equipo. La formación de los equipos tiene, por consiguiente, una gran importancia en la conducción de la simulación. Hay varias formas de dividir a los equipos, entre ellos el sorteo de los participantes, la elección entre ellos, o la formación dirigida en que el participante escoge la función que desea desempeñar y el profesor sortea a los equipos considerando estas elecciones. La forma más práctica es la definición de los equipos por los propios participantes. Yo utilizo esta opción sólo en situaciones específicas, como en cursos corporativos cuyo objetivo no sea evaluar el desempeño individual de los participantes o en cursos de corta duración, para facilitar el contacto entre los participantes del equipo. Por ejemplo, cursos de postgrado que tengan alumnos de diversos lugares de residencia o trabajo.
En los cursos de graduación presencial yo pido que cada alumno elija una función (comercial, producción, recursos humanos, finanzas, etc.) a desempeñar en base a su interés o experiencia. Después hago un sorteo de los equipos. Este tipo de formación tiene doble objetivo. Primero evita la formación de «grupitos» que duran un semestre. En estos «grupitos» uno o dos alumnos trabajan y los demás no hacen casi nada. El segundo objetivo es formar equipos de trabajo que se asemejen a la vida real. Cuando entra en la empresa, la persona raramente escoge el equipo que va a trabajar. Así, en la simulación, como en realidad, las personas tienen que saber lidiar con diferencias, ya sea en el ámbito personal o profesional. Es claro que, así, como en la vida real, el alumno no está obligado a quedarse en el equipo todo el semestre. Puede cambiar de empresa. Pero esto es asunto para el próximo post del blog.
Profesor Ricardo Bernard, Ph.D.