En el post anterior he discutido cómo formar equipos para administrar las empresas simuladas. Mi preferencia es por la elección aleatoria de los equipos, pero dando la oportunidad a los participantes de elegir la función gerencial deseada (comercial, producción, recursos humanos, finanzas, etc.). Este tipo de división de los equipos obliga a los participantes a salir de su zona de confort y a buscar formas de integración. Sin embargo, así como en la vida real, los equipos no existirán para siempre, sus participantes saldrán en algún momento, entre otros motivos, porque no se ajustaron al equipo, o porque van a la búsqueda de nuevos horizontes profesionales. En la simulación también podemos cambiar los equipos, sea para ajustar eventuales problemas de relación entre sus miembros, o para simular la realidad.
Operacionalmente el intercambio de participantes es relativamente simple, yo la utilizo en la mitad de la simulación, pero los participantes ya saben de este cambio en el momento de la formación inicial de los equipos. En ese momento pido, incluso, que sea elegido un presidente para realizar, entre otras actividades, el despido y la contratación de los directores (participantes). Si el grupo es muy grande, la presidencia también puede ser considerada una función gerencial específica. Indico el intercambio de participantes colocando en el pizarrón una tabla con tres columnas: una para la relación de empresas, otra para insertar a los participantes a ser despedidos, y la tercera para los participantes despedidos en la segunda columna. Pido entonces que cada presidente informe el participante a ser despedido, pero cualquier participante puede anticiparse y pedir su dimisión. En consecuencia, se producen las contrataciones. Yo inicio por los presidentes de las mejores empresas, pues en la vida real normalmente son también las más buscadas por los empleados. Comento a los participantes que las contrataciones son igual a un matrimonio, pregunto entonces si el participante «acepta» ser contratado. Después de realizar todas las contrataciones (es un baile de sillas con lugar para todos), falta apenas realizar el ajuste de acceso al ambiente simulado para que los despedidos no tengan más acceso a la antigua empresa. Este ajuste depende del entorno. En lo que utilizo, si estoy utilizando acceso colectivo (una contraseña por equipo), debo cambiar las contraseñas de todas las empresas. Si el acceso es individualizado, opción que más utilizo, basta entrar en la gestión de usuarios e intercambiar las empresas de los despedidos. El propio ambiente envía un e-mail a los participantes despedidos informando a su nueva empresa y que se han mantenido los datos de acceso. Para finalizar la parte operativa es importante recordar que si el intercambio de participantes se realiza en el medio académico, y el profesor utiliza indicadores de desempeño de las empresas para evaluar a los alumnos, el momento del intercambio debe coincidir con el momento de la evaluación para que los alumnos que se demuestren hasta ese momento en la empresa antigua.
El intercambio de participantes tiene un doble beneficio. Por un lado da más realismo a la simulación, permitiendo incluso que haya intercambio de informaciones entre empresas, por medio de los participantes que cambiaron de equipos. Por otro lado, tiene el efecto de aprendizaje, pues tanto los participantes que cambiaron de equipo, en cuanto a aquellos que recibieron un nuevo miembro en el equipo podrán intercambiar experiencias que enriquecen el aprendizaje en la simulación. En investigaciones que realicé con alumnos que intercambiaron empresas, me relataron esta forma de aprendizaje y algunos sugirieron, incluso, que la experiencia fuese vivida por todos durante la simulación. Este es un buen punto, pero ¿qué otras formas de aprendizaje que la simulación posibilita? Este es un tema para el próximo post.
Profesor Ricardo Bernard, Ph.D.